En un escenario marcado por el aumento de la demanda energética, la crisis climática y la
necesidad urgente de avanzar hacia modelos sostenibles, la Electricidad 4.0 se presenta
como un eje transformador de cómo se genera, distribuye, gestiona y consume la energía.
Esta nueva era eléctrica representa la convergencia entre la infraestructura energética
tradicional y las tecnologías digitales, habilitando sistemas más eficientes, resilientes y con
una menor huella de carbono.
Según el informe “Digital solutions can reduce global emissions by up to 20%”, publicado
por el World Economic Forum en 2022, la digitalización podría reducir hasta un 20% de las
emisiones globales de gases de efecto invernadero en sectores como energía, transporte,
industria y construcción para 2050. Además, proyecta que estas industrias podrían disminuir
sus emisiones entre un 4% y un 10% hacia 2030 si aceleran la adopción de tecnologías
inteligentes.
En este sentido, Víctor Paredes, director de Power System para Chile, Perú y Bolivia en
Schneider Electric, señala que “esta nueva era eléctrica y digital -enfocada en métodos
sostenibles de generación eléctrica- aporta múltiples beneficios ya que impulsa la
electrificación, fomenta el uso de fuentes renovables, contribuye a mitigar el cambio
climático y mucho más. Además, es clave para alcanzar las metas de carbono neutralidad,
ayudando a lograr una parte significativa de las reducciones necesarias en las emisiones
relacionadas con la energía”.
Una respuesta concreta
La revolución digital de la energía se apoya en una serie de herramientas digitales como
plataformas de gestión energética en la nube, gemelos digitales, redes inteligentes (smart
grids) y dispositivos conectados con inteligencia artificial, entre otras tecnologías, las cuales
permiten monitorear el consumo energético, pero también anticipar fallos, automatizar
respuestas y tomar decisiones basadas en datos en tiempo real.
De hecho, un estudio reciente del Bitkom titulado Climate Effects of Digitalisation (2024),
refuerza esta visión al identificar al sector energético como el de mayor potencial para
reducir emisiones mediante soluciones digitales. Según el informe, una digitalización
acelerada podría evitar hasta 26,4 millones de toneladas de CO₂para el año 2030, mientras
que un proceso estándar permitiría ahorrar 24,5 millones de toneladas. En este contexto, las
redes eléctricas inteligentes juegan un rol fundamental al permitir un control preciso de la
generación y el consumo energético mediante sensores, medidores inteligentes y análisis
de datos en tiempo real, lo que facilita un equilibrio dinámico entre oferta y demanda.
Así, empresas especializadas en gestión energética como Schneider Electric han impulsado
el concepto de Electricidad 4.0 como una hoja de ruta para enfrentar los desafíos actuales
del sistema eléctrico global. A través de soluciones que combinan eficiencia energética,
automatización y digitalización buscan acelerar la transición hacia modelos más sostenibles.
“Hoy no basta con producir energía limpia, también debemos usarla de forma inteligente. La
Electricidad 4.0 no es el futuro, es la respuesta que necesitamos ahora”, señala Paredes.
Finalmente, el ejecutivo puntualiza que “con dispositivos inteligentes, aplicaciones, análisis y
software avanzamos un paso más y logramos implementar energía inteligente de manera
más eficiente, lo que posibilita transformar una gran cantidad de potencial sin aprovechar
para ahorrar energía”.