La agroindustria está atravesando una transformación digital sin precedentes impulsada por tecnologías que permiten tomar decisiones más ágiles y precisas directamente en el lugar donde se producen los alimentos. En este escenario, el Edge Computing se posiciona como una solución estratégica para enfrentar los desafíos del sector rural en Latinoamérica y, particularmente, en Chile.
En zonas agrícolas donde la conectividad a la nube no siempre es estable, esta arquitectura distribuida permite la implementación de soluciones de monitoreo, mantenimiento predictivo, automatización y eficiencia energética directamente desde el terreno, sin depender de una conexión constante a centros de datos remotos.
Según proyecciones de IDC, el gasto global en soluciones de Edge Computing superará los 378 mil millones de dólares en 2028, impulsado por la necesidad de análisis en tiempo real, automatización avanzada y mayor disponibilidad operativa en industrias críticas como la agrícola.
En paralelo, Chile ha avanzado de manera decidida hacia la Agricultura 4.0. De acuerdo con InvestChile (2025), el país ha incorporado tecnologías como robótica, Internet de las Cosas (IoT), inteligencia artificial y plataformas de Big Data para mejorar la eficiencia productiva y la toma de decisiones en el campo. Esta modernización se refleja también en las cifras: según el Banco Central, en 2024 las exportaciones del sector agroalimentario superaron los US$ 23 mil millones, con un crecimiento del 9% respecto al año anterior.
Una arquitectura digital que conecta el campo
Consciente de estos retos, Schneider Electric ha desarrollado plataformas modulares de Edge Computing especialmente útiles para entornos agrícolas que requieren monitoreo constante de variables como humedad, temperatura, pH del suelo, consumo hídrico o condiciones del ganado. Estas soluciones combinan hardware resistente, software especializado y capacidades de inteligencia artificial para automatizar procesos y reducir desperdicios.
Impacto real: eficiencia y sostenibilidad
La integración de Edge Computing en operaciones agroindustriales genera mejoras sustanciales. Según datos de Schneider Electric, la digitalización del campo puede reducir hasta el 30 % del consumo de agua en cultivos al optimizar los sistemas de riego y disminuir un 20% las pérdidas post cosecha mediante una mejor gestión del almacenamiento y la cadena de frío. Además, el procesamiento local de datos disminuye la latencia, incrementa la autonomía y permite actuar en tiempo real ante cualquier cambio climático o falla técnica.
“En regiones donde el acceso a internet es limitado, el Edge Computing se convierte en un aliado indispensable para garantizar productividad, resiliencia y sostenibilidad. Procesar los datos directamente desde el campo es clave para lograr eficiencia operativa y cuidado ambiental en simultáneo”, explica José Luis Leyva, especialista en Edge Computing y Alianzas para Suramérica en Schneider Electric.
Esta tecnología no solo habilita nuevas formas de automatización agrícola, sino que también fortalece la toma de decisiones basada en datos. Gracias a este tipo de desarrollos, es posible anticipar fallas en maquinaria, reducir desperdicios de fertilizantes, optimizar rutas de transporte o controlar plagas de manera más precisa, incluso sin cobertura constante de internet.